1 – No hagas caso (Marta Valdés)
ómo esperas que me aleje si te quiero
no hagas caso de mis frases son los celos.
Fíjate bien, comprende mis ojos no saben mentir
todo lo he dicho por juego creo en ti, creo en ti.
Es el miedo de perderte que yo siento,
el motivo de estos raros pensamientos.
Traigo una verdad para que calme lo triste que estás
soy para estar a tu lado para nada más.
2 – Por si vuelves (Marta Valdés)
Si vuelves, vuelve para que la vida
pueda florecer,
no para el hastío, no para el reproche,
no para el torpe anochecer,
contigo, sin ti.
Si vuelves, vuelve para amarnos
en las cosas más sencillas
como el árbol, el camino,
vuelve cómo hablar de nuestro amor
ya viejo amor, cierto amor.
(1963)
3 – No te empeñes más (Marta Valdés)
No te empeñes más
en inventar una razón
para marcharte,
tienes que saber
que a mí me sobra vanidad.
Para no dejar que al alejarte de mi lado
lleves la impresión
de que tú a mí me has engañado,
debo confesar
que ya no tienes para mí
tanta importancia;
puedo soportar
lo inevitable de un final.
No te empeñes más
en inventar razones.
Hoy por hoy
solamente nos queda decir
adiós.
(1957)
4 – Tú mi delirio (César Portillo de la Luz)
Si pudiera expresarte como es de inmenso,
en el fondo de mi corazón mi amor por ti.
Es amor delirante que abraza mi alma,
es pasión que atormenta mi corazón.
Siempre tú estas conmigo en mi tristeza,
estás en mi alegría y en mi sufrir,
porque en ti se encierra toda mi vida
si no estoy contigo, mi bien no soy feliz.
Es mi amor, delirio de estar contigo
y yo soy dichoso porque me quieres, también.
5 – Y decídete mi amor (José Antonio Méndez)
Dime qué es lo que te pasa
qué temor tu pecho abraza
quiéreme así, con frenesí,
mi amor como yo a ti.
Si tú sabes que te adoro
que eres vida, mi tesoro
dime por qué no puedo
yo tener tu gran querer.
Decídete, a entregarme el corazón
y así sabrás lo que es el amor.
6 – Qué largo camino anduve (Nicolás Guillén – Marta Valdés)
Qué largo camino anduve
para llegar hasta ti
y que remota te vi
cuando junto a mí te tuve.
Estrella, celaje, nube
ave de pluma fugaz
ahora que estoy donde estás
te deshaces sombra helada
ya no quiero saber nada
yo sólo sé que te vas.
7 – Si me comprendieras (José Antonio Méndez)
Si me comprendieras,
si me conocieras
¡qué feliz sería!
Si me comprendieras
si me conocieras
jamás lloraría.
Ya que estando lejos tú
no eres ajena porque vas conmigo
tus fieles reflejos alivian mis penas
la noche es testigo.
Si me comprendieras,
si me conocieras,
jamás dudarías
y mis condiciones
serían las razones
que tú aceptarías.
Si me comprendieras
tan siquiera un poco
todo cambiaría
porque así verías
que por ti, estoy loco.
8 – No crees en mi amor (José Antonio Méndez)
Si supieras que te quiero tanto
que comprendo cual es tu dolor
has llorado con amargo llanto
y no crees, no crees en mi amor.
Es difícil poder comprender
el cariño infunde en ti pavor
te imaginas que es de mala suerte
y no crees en mi amor.
Si han herido profundo a tu conciencia
con palabras bonitas, sin amor
te lo juro no existen coincidencias
en las mías, distinta es la intención.
Es mi vida la inquietud fue tanta
que ni en sueños supe dar calor
hoy por eso mi verdad te espanta
y no crees en mi amor.
9 – Aida (Marta Valdés)
Aida, al final de todo lo que hablamos viste,
se te fue la vida entre las manos.
Aida, por detrás del humo, la sonrisa
a pesar de tanta prisa.
Aida, se te fue la luna del paisaje
Aida, pero tú cantaste todo el viaje.
Aida, repartiendo siempre la armonía
Aida, te recuerdo linda, linda, linda
Aida.
10 – Novia mía (José Antonio Méndez)
Novia mía,
desde el primer y fiel abrazo
se hundió por siempre en el ocaso
mi negra y cruel melancolía.
Novia mía,
borraste en mi la desconfianza
reviviendo mis esperanzas
cuando jamás lo presentía.
Soy muy tuyo
y tú mi amor, lo has comprendido
al ver así, así rendido a tus caprichos, mi orgullo.
Al abismo, no temo ir en desenfreno
si no me apartas de tu seno
novia de todo mi egoísmo.
11 – Mis veintidós años (Pablo Milanés)
Hace tiempo, yo anhelaba
encontrar la dicha eterna.
Siempre, a base de reveses,
pude ver la realidad.
Le cantaba a mi tristeza,
a mi dolor y a mi muerte.
La tristeza en mí vivía,
viendo el dolor, a veces,
a acompañarme en la búsqueda
del camino hacia la muerte.
Pero como ser humano,
me contradigo y me opongo
al pasado que pasó
pasando por veintidós años
de penas y dolor.
Y de aquí sale mi canción.
Mi tristeza la sepultaré…
y el dolor siempre del brazo de ella irá.
Nada habrá que me provoque más tristeza…
y el dolor siempre del brazo de ella irá.
Y en cuanto a la muerte amada,
le diré, si un día la encuentro:
Adiós, que de ti no tengo
interés en saber nada.
Nada…
(1965)