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En blanco y negro
Discografía

En blanco y negro

1995

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TEMAS DEL DISCO

1 – En blanco y negro (Joaquín Sabina – Víctor Manuel San José – Pablo Milanés)

Cuanto me alegro
de que pintes conmigo en blanco y negro
graffitis en los muros del planeta
y si falta un color en mi paleta
regálamelo tú.
Porque la historia
con su cara y su cruz
se desnuda a la luz
de la memoria.
No te descorazones,
date prisa,
que cambiamos canciones
por sonrisas.
Y en este vis-a-vis
necesitamos
tus labios de carmín.
Enséñale los dientes
al presente
que juntando tu voz
con la voz de tu hermano
son mucho más que dos
un asturiano blanco y un cubano
negro como el carbón.
Por eso al alimón
con Pablo cantó un son
en blanco y negro con “filin” y con swing,
en blanco y negro la noche y el jazmín,
en blanco y negro la víctima y el juez,
en blanco y negro de Lorca y de Guillén,
en blanco y negro la tinta y el papel,
en blanco y negro la sidra y el mamey,
en blanco y negro arriba ese telón,
en blanco y negro comienza la función.
Añádele amarillo
de la China
y un rojo corazón
al estribillo
para bailarte un son
con tu vecina
caliente y sabrosón.
Y si abres las ventanas
de la Habana,
Madrid o Nueva York,
detrás de un cielo negro
puede que veas un dios
mulato dibujando el arco iris
con su rotulador.
Por eso, al alimón
con Víctor cantó un son
en blanco y negro con “filin” y con swing,
en blanco y negro la noche y el jazmín,
en blanco y negro la víctima y el juez,
en blanco y negro de Lorca y de Guillén,
en blanco y negro la tinta y el papel,
en blanco y negro la sidra y el mamey,
en blanco y negro como ébano y marfil
en blanco y negro Zapata y Luther King
en blanco y negro con duende y con sabor
en blanco y negro Machín y Camarón
en blanco y negro arriba ese telón,
en blanco y negro comienza la función.

2 – La vida no vale nada (Pablo Milanés)

La vida no vale nada
si no es para perecer
porque otros puedan tener
lo que uno disfruta y ama.

La vida no vale nada
si yo me quedo sentado
después que he visto y soñado
que en todas partes me llaman.

La vida no vale nada
cuando otros se están matando
y yo sigo aquí cantando
cual si no pasara nada.

La vida no vale nada
si escucho un grito mortal
y no es capaz de tocar
mi corazón que se apaga.

La vida no vale nada
si ignoro que el asesino
cogió por otro camino
y prepara otra celada.

La vida no vale nada
si se sorprende a mi hermano
cuando supe de antemano
lo que se le preparaba.

La vida no vale nada
si cuatro caen por minuto
y al final por el abuso
se decide la jornada.

La vida no vale nada
si tengo que posponer
otro minuto de ser
y morirme en una cama.

La vida no vale nada
si, en fin, lo que me rodea
no puedo cambiar cual fuera
lo que tengo y que me ampara.

Y por eso, para mí,
la vida no vale nada.

(1975)

3 – No hemos inventado nada (Víctor Manuel San José)

No hemos inventado nada
nos amamos con palabras
que otros se dijeron ya.
No hemos inventado nada
ni el deseo, ni los celos,
ni lo que hay que adivinar.

No hemos inventado nada
las caricias y los besos
son igual que los demás.
No hemos inventado nada
ni los cuerpos, ni los huesos,
ni los brazos de abrazar.

Pero a pesar de que no hay invento
día a día me creces dentro
día a día, porque te quiero
siempre estoy atizando el fuego.

No hemos inventado nada,
ni tu ausencia cuando callas
ni tu forma de mirar.
No hemos inventado nada.
Me preguntan cómo hacemos,
nunca sé qué contestar.

4 – Amor (Pablo Milanés)

No te pido que te cuides
esa delgadez extrema,
sólo pido que me mires
con esa mirada buena.

Tus ojos no son luceros
que alumbran la madrugada
pero si me miran siento
que me tocas con tus manos.

Tus manos no son hermosas
no veo estilo en tus dedos
pero qué humanos reposan
si se enroscan en tu pelo.

Tu pelo ya sin color
sin ese brillo supremo
cuida y resguarda con celo
lo que cubre con amor.

Tu cerebro porque piensas
porque es tu clave y motor
va generando la fuerza
que me hace humano y mejor.

Cuerpo, manos, ojos, pelo,
carne y hueso inanimados
que cobran vida
y por eso quiero vivir a tu lado.

(1975)

5 – Canción o [De qué callada manera] (Nicolás Guillén – Pablo Milanés)

¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)

Y de qué modo sutil
me derramó en la camisa
todas las flores de abril.

¿Quién le dijo que yo era
risa siempre, nunca llanto,
como si fuera
la primavera?
(No soy tanto.)

En cambio, ¡qué espiritual
que usted me brinde una rosa
de su rosal principal!

¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)

6 – Pobre del cantor (Pablo Milanés)

Pobre del cantor de nuestros días
que no arriesgue su cuerda
por no arriesgar su vida.
Pobre del cantor que nunca sepa
que fuimos la semilla
y hoy somos esta vida.

Pobre del cantor que un día la historia
lo borre sin la gloria
de haber tocado espinas.
Pobre del cantor que fue marcado
para sufrir un poco
y hoy está derrotado.

Pobre del cantor que sus informes
le borren hasta el nombre
con copias asesinas.
Pobre del cantor que no se alce
y siga hacia adelante
con más canto y más vida.

Pobre del cantor que no halle el modo
de tener bien seguro
su proceder con todos.
Pobre del cantor que no se imponga
con su canción de gloria,
con embarres y lodo.

(1967-1968)

7 – Sube al desván (Víctor Manuel San José)

Serás la noche oscura donde arderé
las vigas de esta casa que aun sigue en pie.
Me beberé tu sangre y pondré tu piel.
Escribiré tu nombre en cada pared.
No fue cosa de un día, ni dos, ni tres,
como el tigre a su presa te acorralé.

Porque hueles a hierba
porque sabes a selva
porque alguien rompió el molde
no hay nada igual,
porque hueles a tierra,
porque sabes a hembra.
Cuando nadie nos vea
sube al desván…

El tiempo sólo pasa en quien no te ve,
quien duerme a tu costado pierde la fe,
de que otra vida exista, que pueda ser
mejor que recorrerte al amanecer
y aunque las cosas vengan a contrapié
siempre inventamos la fuerza para crecer.

(1984)

8 – Imágenes en blanco y negro (Pedro Guerra)

Como el “Revólver” de los Beatles,
como el recuerdo de mi abuelo,
como el verano en que dijiste:
“Dame un beso y ya veremos”

Como tus ojos en la noche,
como mis manos en tu pelo,
como el encanto de las voces,
como los hijos de los buenos.

En blanco y negro,
como en el cine
pasa la vida y lo que me diste.
En blanco y negro,
como un fundido,
lo mío es tuyo, lo tuyo es mío.

Como una foto del cuarenta,
como la rumba y los boleros,
como los labios de Mandela
como una tarde de aguacero.

Como una lanza en el costado
de quien me quiso y no merezco,
como el dolor y el desengaño,
como caer del cielo al sueño.

Como el pasado que ha sido,
como el futuro que presiento,
como ganar tiempo perdido,
como el presente que deseo.

9 – Parque Berlín (Víctor Manuel San José)

Mirándose indiferentes
la gente se pierde
en la oscura ciudad.
En cada esquina la vida
te sale al encuentro
la puedes tomar.

Duermo y me sueño despierto,
camino sin rumbo,
del nunca al jamás.
Sé que me quedan segundos
para convertirme
en estatua de sal.

Cuando se muere la tarde
y agosto parece abrasarte
Madrid.
Te buscaré entre las sombras del jardín.
Parque Berlín.

En el estanque la luna
prendida a un nenúfar
empieza a llorar.
Junto a Beethoven y el oso
un cisne agoniza
de felicidad.

(1984)

10 – Yo no te pido (Pablo Milanés)

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.

Yo no te pido que me firmes
diez papeles grises para amar
sólo te pido que tu quieras
las palomas que suelo mirar.

De lo pasado no lo voy a negar,
el futuro algún día llegará
y del presente
que me importa la gente
si es que siempre van a hablar.

Sigue llenando este minuto
de razones para respirar
no me complazcas, no te niegues
no hables por hablar.

Yo no te pido que me bajes
una estrella azul
sólo te pido que mi espacio
llenes con tu luz.

11 – Para vivir (Pablo Milanés)

Muchas veces te dije que antes de hacerlo
había que pensarlo muy bien,
Que a esta unión de nosotros
le hacia falta carne y deseo también,

Que no bastaba que me entendieras
y que murieras por mí,
Que no bastaba que en mi fracaso
yo me refugiara en ti,

Y ahora ya ves lo que pasó
al fin nació, al pasar de los años,
el tremendo cansancio que provoco ya en ti,
Y aunque es penoso lo tienes que decir.

Por mi parte esperaba
que un día el tiempo se hiciera cargo del fin,
si así no hubiera sido
yo habría seguido jugando a hacerte feliz,

Y aunque el llanto es amargo piensa en los años
que tienes para vivir,
que mi dolor no es menos y lo peor
es que ya no puedo sentir,

Y ahora tratar de conquistar
con vano afán ese tiempo perdido
que nos deja vencidos sin poder conocer
eso que llaman amor para vivir.
Para vivir…

(1967)

12 – Un ramito de violetas (Evangelina Sobredo)

Era feliz en su matrimonio
aunque su marido era el mismo demonio.
Tenía el hombre un poco de mal genio
y ella se quejaba de que nunca fue tierno.
Desde hace ya más de tres años
recibe cartas de un extraño,
cartas llenas de poesía
que le han devuelto la alegría.

Quién le escribía versos, dime quién era.
¿Quién le mandaba flores por primavera?
¿Quién, cada nueve de noviembre,
como siempre, sin tarjeta,
le mandaba un ramito de violetas?

A veces sueña y se imagina
cómo será aquel que tanto la estima:
sería un hombre más fiel de pelo cano,
sonrisa abierta y ternura en las manos.
No sabe quién sufre en silencio,
quién puede ser su amor secreto,
y vive así de día en día,
con la ilusión de ser querida.

Y cada tarde al volver, su esposo,
cansado del trabajo, la mira de reojo.
No dice nada porque lo sabe todo,
Sabe que es feliz así de cualquier modo.
Él, su amante, su amor secreto,
y ella, que no sabe nada,
mira a su marido y luego calla.

13 – Yo pisaré las calles nuevamente (Pablo Milanés)

Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.

Yo vendré del desierto calcinante
y saldré de los bosques y los lagos,
y evocaré en un cerro de Santiago
a mis hermanos que murieron antes.

Yo unido al que hizo mucho y poco
al que quiere la patria liberada
dispararé las primeras balas
más temprano que tarde, sin reposo.

Retornarán los libros, las canciones
que quemaron las manos asesinas.
Renacerá mi pueblo de su ruina
y pagarán su culpa los traidores.

Un niño jugará en una alameda
y cantará con sus amigos nuevos,
y ese canto será el canto del suelo
a una vida segada en La Moneda.

Yo pisaré las calles nuevamente
de lo que fue Santiago ensangrentada,
y en una hermosa plaza liberada
me detendré a llorar por los ausentes.

(1974)

14 – Años (Pablo Milanés)

El tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos
y el amor no lo reflejo, como ayer.
En cada conversación,
cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de razón.

Pasan los años,
y cómo cambia lo que yo siento;
lo que ayer era amor
se va volviendo otro sentimiento.
Porque años atrás
tomar tu mano, robarte un beso,
sin forzar un momento
formaban parte de una verdad.

El tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos
y el amor no lo reflejo, como ayer.
En cada conversación,
cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de temor.

Vamos viviendo,
viendo las horas, que van muriendo,
las viejas discusiones se van perdiendo
entre las razones.
A todo dices que sí,
a nada digo que no,
para poder construir la tremenda armonía,
que pone viejos, los corazones.

El tiempo pasa,
nos vamos poniendo viejos
y el amor no lo reflejo, como ayer.
En cada conversación,
cada beso, cada abrazo,
se impone siempre un pedazo de razón.

(1975)

15 – Soy un corazón tendido al sol (Víctor Manuel San José)

Aunque soy un pobre diablo,
casi siempre digo la verdad.
Como fuego abrasador,
siempre quise ser el que no soy.
No transcurre el tiempo junto a ti,
no existe el reloj;
no tiene sentido entre tú y yo.

Aunque soy un pobre diablo,
se despierta el día y echo a andar.
Invencible de moral.
¡Qué difícil es buscar la paz!
Convivir venciendo a los demás…
Nuestra sociedad
es un buen proyecto para el mal.

Dejo sangre en el papel
y todo lo que escribo
al día siguiente rompería
si no fuera porque creo en ti.
A pesar de todo,
tú me haces vivir,
me haces escribir
dejando el rastro de mi alma
y cada verso es un jirón de piel.
Soy un corazón tendido al sol.

Aunque soy un pobre diablo,
sé dos o tres cosas nada más:
sé con quien no debo andar,
también sé guardar fidelidad.
Sé quiénes (quién) son amigos de verdad,
sé bien dónde están:
nunca piden nada y siempre dan.

16 – Yolanda (Pablo Milanés)

Esto no puede ser no más que una canción;
quisiera fuera una declaración de amor,
romántica, sin reparar en formas tales
que pongan freno a lo que siento ahora a raudales.
Te amo,
te amo,
eternamente, te amo.

Si me faltaras, no voy a morirme;
si he de morir, quiero que sea contigo.
Mi soledad se siente acompañada,
por eso a veces sé que necesito
tu mano,
tu mano,
eternamente, tu mano.

Cuando te vi sabía que era cierto
este temor de hallarme descubierto.
Tú me desnudas con siete razones,
me abres el pecho siempre que me colmas
de amores,
de amores,
eternamente, de amores.

Si alguna vez me siento derrotado,
renuncio a ver el sol cada mañana;
rezando el credo que me has enseñado,
miro tu cara y digo en la ventana:
Yolanda,
Yolanda,
eternamente, Yolanda.

(1970)

17 – Dos colores: blanco y negro (Jorge Drexler)

Nuestra primera intención,
era hacerlo en colores:
una acuarela que hablara
de nuestros amores.

Un colibrí policromo
parado en el viento,
una canción arcoiris
durando en el tiempo.

El director de la banda,
silbando bajito,
pensaba azules y rojos
para el valsecito.

Pero ustedes saben, señores,
muy bien cómo es esto:
no nos falló la intención,
pero sí el presupuesto…

En blanco y negro.
Esta canción
quedó en blanco y negro.
Con el corazón,
en blanco y negro,
nieve y carbón,
en blanco y negro,
en tecnicolor,
pero en blanco y negro…

Fuimos quitando primero
de nuestra paleta
una mirada turquesa
de marco violeta.

Luego el carmín de las flores
encima del piano,
una caída de sol
cuando empieza el verano.

Todos los tipos de verde
de una enredadera.
Ya ni quedaban colores
para las banderas…

Nuestra intención ya no fue
más que un viejo recuerdo
y esta canción al final
se quedó en blanco y negro.