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El pregón de las flores
Discografía

El pregón de las flores

1981

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TEMAS DEL DISCO

1 – El pregón de las flores (Rafael Salazar)

Yo ya me voy con las flores
antes de que estén marchitas,
las llevo de las mejores
pa’ las muchachas bonitas.

Llevo rosas, llevo rosas para las mozas,
margaritas, margaritas para las bonitas.

Yo ya me voy con las flores,
amarillas, rosaditas,
de viejos ríos cantores
cortadas de la orillita.

Llevo rosas, llevo rosas para las mozas,
amapolas, amapolas para las solas.

Yo ya me voy con las flores
antes de que estén marchitas,
las llevo de las mejores
pa’ las muchachas bonitas.

Yo ya me voy con las flores
amarillas, rosaditas,
de viejos ríos cantores
cortadas de la orillita.

Azahares, azahares quita pesares,
llevo rosas, llevo rosas para las mozas.
Yo ya me voy con las flores…

2 – Pueblos tristes (Otilio Galíndez)

Qué piensa la muchacha que pila y pila,
qué piensa el hombre torvo junto a la vieja,
qué dicen campanas de la capilla
en sus notas, qué tristes, parecen quejas.

Y esa luna que amanece
alumbrando pueblos tristes,
qué de historias, qué de penas,
qué de lágrimas me dice.

En el fondo hay un santo de a medio peso,
una vela que muere en aceite sucio.
Más allá, viene un perro que es puro hueso
con ladridos del hambre que Dios le puso.

3 – Mi nostalgia (Dámaso García)

Dejo mi canto a lo largo del camino
para que todos siempre entonen mis cantares
como un recuerdo a mi tierra que no olvido.
Cómo me duele dejarte ¡oh! pueblecito querido.

Quizás no encuentre esa paz que me brindaste
en las mañanas el cantar de los turpianes,
todos cantaban ignorando mi partida.
Cómo me duele dejarte ¡oh! pueblecito querido.

Me voy cantando porque así también se llora
igual se añora lo que antes se ha perdido.
Cómo me duele dejarte ¡oh! pueblecito querido.

Dejo mi surco donde sembré mi esperanza
también mi rancho que es mi único testigo
ya mis cabellos se platearon por los años.
Cómo me duele dejarte ¡oh! pueblecito querido.

Me faltan fuerzas para acariciar tu espiga
me sobran ganas para quedarme contigo.
Cómo me duele dejarte ¡oh! pueblecito querido.

4 – La muerte del animal (Henry Martínez)

Yo conozco un animal
que vive por el Oriente,
come fruta, come pan
se echa palos de aguardiente.

Hembra siempre anda con él
por las sierras y los valles,
ella le lava la hamaca
mientras él recoge el ñame.

No maten a ese animal,
porque matan la escritura,
las canciones, la pintura,
los poemas, y el amor.
Él es que venció a la brisa
noche, lluvia, luna y sol.

No quiere vivir amargo
con penas y con dolor
pero sólo da derecho
que lo mate un cazador.

Veinte tiros le va a dar
el cazador a su presa.
Sólo quedará el sombrero
que llevaba en su cabeza.

La muerte del animal
la lloran los muchachitos
unos lo hacen en la iglesia
otros dentro del ranchito.

Ayer mataron a tres:
Pedro, Gonzal y Facundo
por culpar al cazador
que lo sacó de este mundo.

5 – Mi tripón (Otilio Galíndez)

Duerme mi tripón
vamos a engañar la lechuza
y engañar al coco
que ya no asusta.

Duerme mi tripón
que mañana el sol
brillara en tu cuna
y te contará
como fue que un día
perdió la luna.

Duerme mi tripón
ya se fue la tarde cansada
y llegó la noche
fresquita y muda.

Duerme mi tripón
abrirá tus ojos
la luz del alba
y te enseñará
ríos y caminos
y la montaña.

6 – Montilla (Popular venezolana)

Vengo a trovar este golpe
que un amigo me mandó
pa’ que mañana o pasado
hagan lo mismo con yo.

Ahí viene Montilla a dar la pelea
y viene diciendo, morena: la bala chirrea.
Él armó su gente con la artillería
y prendió los fuegos, morena, y el Ave María.

Al estado en que llegó Montilla,
al estado en que llega’o.
Un hombre tan valeroso
y a Montilla lo han mata’o.

El que me dijera negro
yo no me enojo por eso
porque negro tengo el cuero
pero blanco tengo el hueso.

Dicen que Montilla viene,
dicen que Montilla va,
yo digo que eso es mentira
porque yo vengo de allá.

7 – Te quiero porque te quiero (Pablo Milanés)

Te quiero porque te quiero
con esta sentencia
quiero abrirme de corazón.
Si el amor en mi opinión
es dar todo lo que anhelo
te quiero con más razón.

Para amar no hay que jugar
todo el tiempo a filosofar
me fue preciso incorporar
lo que soné, lo que viví,
y que te ha hecho salir de mí
y va hacia ti.

Yo te miro cual canción
que inspira una revolución,
tú me ves como una flor
que al conjugar, yendo a pensar
la maravilla que ha echado
a andar, poderte amar.

También te quiero así,
con mis dolores, mis frustaciones,
vivo junto a ti.
Sufriendo unidos crecen los amores
odiaste lo más fácil para mí.

No creo que tu belleza se marchite
si el peso de los años procuró
que otra belleza borre lo más triste
sólo lo más auténtico quedó.
Vamos a ver.

8 – Para vivir (Pablo Milanés)

Muchas veces te dije que antes de hacerlo
había que pensarlo muy bien,
Que a esta unión de nosotros
le hacia falta carne y deseo también,

Que no bastaba que me entendieras
y que murieras por mí,
Que no bastaba que en mi fracaso
yo me refugiara en ti,

Y ahora ya ves lo que pasó
al fin nació, al pasar de los años,
el tremendo cansancio que provoco ya en ti,
Y aunque es penoso lo tienes que decir.

Por mi parte esperaba
que un día el tiempo se hiciera cargo del fin,
si así no hubiera sido
yo habría seguido jugando a hacerte feliz,

Y aunque el llanto es amargo piensa en los años
que tienes para vivir,
que mi dolor no es menos y lo peor
es que ya no puedo sentir,

Y ahora tratar de conquistar
con vano afán ese tiempo perdido
que nos deja vencidos sin poder conocer
eso que llaman amor para vivir.
Para vivir…

(1967)

9 – El manantial (Pablo Milanés)

Ay, amor que te vas
como ave fugaz
y el plumaje lo deja
donde se anidó.

Ay, amor que te vas
esperando encontrar
lo que nunca has hallado
ni hallarás.

Érase un camino muerto por los años
y el dolor de ser camino
y no poder caminar,
lo ataban al cruel destino
de esperar, de esperar.

Y llegó un manantial
cauce joven de amar
y se puso a regar lo que murió.

Ni el amor, ni el olor
de agua fresca de amar
pudieron impedir lo que pasó.

Érase un camino muerto por los años
y el dolor de ser camino
y no poder caminar,
lo ataban al cruel destino
de esperar, de esperar.

Y llegó un manantial
cauce joven de amar
y se puso a regar lo que murió.

Ni el amor, ni el olor
de agua fresca de amar
pudieron impedir lo que pasó.
El manantial se secó,
el camino se murió.

(1966)

10 – Canción o [De qué callada manera] (Nicolás Guillén – Pablo Milanés)

¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)

Y de qué modo sutil
me derramó en la camisa
todas las flores de abril.

¿Quién le dijo que yo era
risa siempre, nunca llanto,
como si fuera
la primavera?
(No soy tanto.)

En cambio, ¡qué espiritual
que usted me brinde una rosa
de su rosal principal!

¡De qué callada manera
se me adentra usted sonriendo
como si fuera
la primavera!
(Yo, muriendo.)

11 – Amor (Pablo Milanés)

No te pido que te cuides
esa delgadez extrema,
sólo pido que me mires
con esa mirada buena.

Tus ojos no son luceros
que alumbran la madrugada
pero si me miran siento
que me tocas con tus manos.

Tus manos no son hermosas
no veo estilo en tus dedos
pero qué humanos reposan
si se enroscan en tu pelo.

Tu pelo ya sin color
sin ese brillo supremo
cuida y resguarda con celo
lo que cubre con amor.

Tu cerebro porque piensas
porque es tu clave y motor
va generando la fuerza
que me hace humano y mejor.

Cuerpo, manos, ojos, pelo,
carne y hueso inanimados
que cobran vida
y por eso quiero vivir a tu lado.

(1975)

12 – Canción por la unidad latinoamericana (Pablo Milanés)

El nacimiento de un mundo
se aplazó por un momento,
un breve lapso del tiempo,
del universo un segundo.

Sin embargo parecía
que todo se iba a acabar
con la distancia mortal
que separó nuestras vidas.

Realizaron la labor
de desunir nuestras manos
y a pesar de ser hermanos
nos miramos con temor.

Cuando se pasaron los años
se acumularon rencores,
se olvidaron los amores,
parecíamos extraños.

Qué distancia tan sufrida,
qué mundo tan separado,
jamás se hubiera encontrado
sin aportar nuevas vidas.

Esclavo por una parte,
servil criado por la otra,
es lo primero que nota
el último en desatarse.

Explotando esta misión
de verlo todo tan claro
un día se vio liberado
por esta revolución.

Esto no fue un buen ejemplo
para otros por liberar,
la nueva labor fue aislar
bloqueando toda experiencia.

Lo que brilla con luz propia
nadie lo puede apagar.
Su brillo puede alcanzar
la oscuridad de otras cosas.

Qué pagará este pesar
del tiempo que se perdió.
de las vidas que costó,
de las que puede costar.

Lo pagará la unidad
de los pueblos en cuestión,
y al que niegue esta razón
la Historia condenará.

La Historia lleva su carro
y a muchos nos montará,
por encima pasará de aquel
que quiera negarlo.

Bolívar lanzó una estrella
que junto a Martí brilló.
Fidel la dignificó
para andar por estas tierras.

(1975)