1 – El día (Luis Demetrio)
El día que deje de salir el sol
y la luna deje de alumbrar
y las estrellas dejen de brillar
ese día te dejaré de amar.
Cuando las flores pierdan su color
y no exista la palabra amor
y todo el mar se llegue a congelar
ese día te dejaré de amar.
El día que el eco no quiera repetirme
a gritos que te adoro
te dejaré de amar;
el día que el pájaro no cante en primavera
y la esperanza muera
te dejare de amar.
2 – Cómo te atreves (Frank Domínguez)
Como te atreves
a decir que me olvidaste.
cómo has podido pronunciar
tu decisión.
Si cuando se quiere
como yo te quise tan violentamente
guardaran tus besos
un recuerdo grato de mí.
Cómo te atreves
a insinuar que ni te acuerdas
de aquellos besos que yo inventaba
para ti.
Pregúntale a tu corazón
sinceramente cómo se siente lejos de mí.
Consciente te contestará
que tú has mentido
porque has vivido
preguntando por mí
y entonces…
¿Cómo te atreves?
3 – Perfidia (Alberto Domínguez)
Nadie comprende lo que sufro yo,
canto pues ya no puedo sollozar,
solo, temblando de ansiedad estoy,
todos me miran y se van.
Mujer, si puedes tu con Dios hablar
pregúntale si yo alguna vez te he dejado de adorar.
Y al mar, espejo de mi corazón,
las veces que me ha visto llorar
la perfidia de tu amor.
Te he buscado donde quiera que yo voy
y no te puedo hallar;
para que quiero tus besos si tus labios
no me quieren ya besar.
Y tú,
quién sabe por donde andarás,
quién sabe que aventuras tendrás,
qué lejos estás de mí.
4.1 – Tú no sospechas (Marta Valdés)
Tú no sospechas
cuando me estás mirando
las emociones
que se van desatando.
Te juro que a veces
me asusto de ver
que te has ido adueñando de mí
y que ya yo no puedo frenar
el deseo de estar junto a ti.
Tú no sospechas
estas furias inmensas
que me dominan
cada vez que te acercas,
y aunque no ha habido intención en ti
de provocar lo que siento,
te vas a enterar de una vez
de que ya te quiero.
(1958)
4.2 – Deja que siga sola (Marta Valdés)
Deja que siga sola, (*)
tu falsedad me espanta.
Preferible será que te alejes de mí
para siempre.
Quiero recordar
que has untado de ilusión mi soledad.
Quiero olvidar lo infeliz que me has hecho
con tu mentir.
Deja que siga sola
como tú al fin me hallaste.
No interrumpas en mí el impulso feliz
de borrar el dolor que en mi vida pusiste,
la crueldad que en el alma me duele
y olvidar todas las cosas tristes
que tú eres.
(*) Pablo Milanés canta la canción en masculino: “Deja que siga solo”
(1958)
4.3 – Palabras o [Y con tus palabras] (Marta Valdés)
Palabras,
quisiste con palabras engañarme
fingiendo comprender mi sentimiento,
fingiendo que tenías corazón.
No trates
de hacer que muera en mí la desconfianza;
la culpa y la maldad de tus palabras
sellaron el final de esta ilusión.
Perdóname este orgullo,
–por mi sinceridad
perdón te pido–,
pero te has encontrado
con este corazón
que ha comprendido que en ti
sólo hay egoísmo.
Palabras,
aléjate de mí con tus palabras,
aléjate bien pronto de mi vida
y busca un corazón que las reciba.
5 – En nosotros (Tania Castellanos)
Cuándo te vayas de mí
muy quedo te seguirá mi canción del alma.
Tendrás mi eco de amor en tus recuerdos,
por eso en vano te irás
me seguirás queriendo.
Y si vagando sin mí a solas,
ves una estrella cruzar la noche,
es que te dice por mí te amo
y que tú sigues en mí viviendo.
6 – Franqueza (Consuelo Velázquez)
Perdona mi franqueza que tal vez,
juzgues descaro,
yo sé que voy a herirte por decirte
lo que pienso.
Espero que comprendas, que es mejor
que hablemos claro.
Debemos separarnos porque amor,
ya no te tengo.
Tú, puedes encontrar lejos de mí
quien te comprenda.
Yo sé que no te puedo hacer feliz
aunque pretenda.
Tú, siempre me pediste la verdad,
fuere cual fuera.
Hoy debes admitir la realidad
aunque te hiera.
No quiero darte más desilusiones
es preferible así, el tiempo lo dirá.
Te ruego nuevamente me perdones
y no quieras hacer aclaraciones.
Pero tú, puedes encontrar lejos de mí
quien te comprenda.
Yo sé que no te puedo hacer feliz
aunque pretenda.
7 – Debí llorar (Giraldo Piloto – Alberto Vera)
Debí llorar y ya ves,
casi siento placer
debí llorar de dolor,
por vergüenza tal vez.
Debí sufrir el bochorno
de tu insensatez
pero ya ves apenas estoy triste solo.
Y este sufrir sin razón
en fugaz padecer
yo concebí tu traición
como un simple revés.
De que jamás podrás saber
cuanto cariño soy capaz de ofrecer.
Debí llorar
pero pensé
¿por qué?.
8 – Volver (Alfredo Le Pera – Carlos Gardel)
Yo adivino el parpadeo
de las luces que, a lo lejos
van marcando mi retorno.
Son las mismas que alumbraron
con sus pálidos reflejos
hondas horas de dolor.
Y, aunque no quise el regreso,
siempre se vuelve al primer amor.
La quieta calle donde el eco dijo:
“Tuya es su vida, tuyo es su querer”,
bajo el burlón mirar de las estrellas
que, con indiferencia, hoy me ven volver.
Volver
con la frente marchita.
Las nieves del tiempo
platearon mi sien.
Sentir
que es un soplo la vida,
que veinte años no es nada,
que febril la mirada
errante en las sombras
te busca y te nombra.
Vivir
con el alma aferrada
a un dulce recuerdo
que lloro otra vez.
Tengo miedo del encuentro
con el pasado que vuelve
a enfrentarse con mi vida.
Tengo miedo de las noches
que, pobladas de recuerdos,
encadenan mi soñar,
pero el viajero que huye
tarde o temprano detiene su andar.
Y aunque el olvido que todo destruye,
haya matado mi vieja ilusión,
guardo escondida una esperanza humilde
que es toda la fortuna de mi corazón.
(1935)
9 – Una semana sin ti (Vicente Garrido)
Esperando en silencio
que vuelvas de nuevo conmigo
van pasando las horas
y siento que al fin llegarás;
borrarán tus palabras
el tedio fatal de la ausencia,
y al calor de tus besos, podré renacer.
Cuánta falta me has hecho
estas noches de espera incesante,
cuántas cosas se pierden
en una semana sin ti.
Pero a veces quisiera volver
a sentirte tan lejos,
porque nunca te tuve tan cerca de mí.
10 – Verdad amarga (Consuelo Velázquez)
Yo tengo que decirte la verdad
aunque me duela el alma
no quiero que después me juzgues mal
por pretender callarla.
Yo sé que es imposible nuestro amor
porque el destino manda,
y tu sabrás un día perdonar
esta verdad amarga.
Te juro por los dos
que me cuesta la vida,
que sangrará la herida
por una eternidad.
Tal vez mañana puedas comprender
que siempre fui sincero,
tal vez por alguien llegues a saber
que todavía te quiero.
11.1 – Amor mío (Álvaro Carrillo)
Amor mío, tu rostro querido
no sabe guardar
secretos de amor;
ya me dijo que estoy en la gloria
de tu intimidad.
No hace falta decir que me quieres,
no me vuelvas loco con esa verdad.
No lo digas, no me hagas que llore de felicidad.
¡Cuánta envidia se va a despertar!
¡Cuántos ojos nos van a mirar!
La alegría de todas mis horas
prefiero pasarlas en la intimidad.
Olvidaba decir que te amo
con todas la fuerzas
que el alma me da.
Quien no ha amado,
que no diga nunca
que vivió jamás.
11.2 – Un poco más (Álvaro Carrillo)
Un poco más
y a lo mejor nos comprendemos luego,
un poco más
que traigo aroma de cariño nuevo;
volvamos al camino del amor,
no importa lo que tengas que olvidar,
si vamos a sufrir por un error
es preferible un ruego.
Un poco más
será el alivio para dos fracasos,
y si te vas
llévate al menos mis cansados brazos
al fin que ya te di
mi cariño, mi fe, mi vida entera
y si no te lo llevas qué me importa
que se queden afuera.
Por qué te vas, mi bien,
tan deprisa, no gozas mi agonía,
si la noche se espera todo el día
espera tú también.
12 – Alma mía (María Greever)
Alma mía sola, siempre sola,
sin que nadie comprenda tu sufrimiento,
tu horrible padecer;
fingiendo una existencia siempre llena
de dicha y de placer,
de dicha y de placer…
Si yo encontrara un alma como la mía,
cuantas cosas secretas le contaría,
un alma que al mirarme sin decir nada
me lo dijese todo con su mirada.
Un alma que embriagase con suave aliento,
que al besarme sintiera lo que yo siento,
y a veces me pregunto que pasaría
si yo encontrara un alma como la mía.
13 – La puerta (Luis Demetrio)
La puerta se cerró detrás de ti
y nunca más volviste a aparecer
dejaste abandonada la ilusión
que había en mi corazón por ti.
La puerta se cerró detrás de ti
y así detrás de ti se fue mi amor
creyendo que podría convencer
a tu alma de mi padecer.
Pero es que no supiste soportar
las penas que nos dio
la misma adversidad
así como también nos dio felicidad
nos vino a castigar con el dolor.
14 – Novia mía (José Antonio Méndez)
Novia mía,
desde el primer y fiel abrazo
se hundió por siempre en el ocaso
mi negra y cruel melancolía.
Novia mía,
borraste en mi la desconfianza
reviviendo mis esperanzas
cuando jamás lo presentía.
Soy muy tuyo
y tú mi amor, lo has comprendido
al ver así, así rendido a tus caprichos, mi orgullo.
Al abismo, no temo ir en desenfreno
si no me apartas de tu seno
novia de todo mi egoísmo.
15 – El día que me quieras (Alfredo Le Pera – Carlos Gardel)
Acaricia mi ensueño el suave murmullo de tu suspirar.
¡Cómo ríe la vida si tus ojos negros me quieren mirar!
Y si es mío el amparo de tu risa leve, que es como un cantar,
ella aquieta mi herida, todo, todo se olvida.
El día que me quieras
la rosa que engalana
se vestirá de fiesta
con su mejor color.
Y al viento las campanas
dirán que ya eres mía,
y locas las fontanas
se contarán su amor.
La noche que me quieras
desde el azul del cielo
las estrellas celosas
nos mirarán pasar
y un rayo misterioso
hará nido en tu pelo,
luciérnaga curiosa
que verá que eres mi consuelo.
(1935)
16.1 – Si me comprendieras (José Antonio Méndez)
Si me comprendieras,
si me conocieras
¡qué feliz sería!
Si me comprendieras
si me conocieras
jamás lloraría.
Ya que estando lejos tú
no eres ajena porque vas conmigo
tus fieles reflejos alivian mis penas
la noche es testigo.
Si me comprendieras,
si me conocieras,
jamás dudarías
y mis condiciones
serían las razones
que tú aceptarías.
Si me comprendieras
tan siquiera un poco
todo cambiaría
porque así verías
que por ti, estoy loco.
16.2 – Contigo en la distancia (César Portillo de la Luz)
No existe un momento del día
En que pueda apartarme de ti
El mundo parece distinto
Cuando no estás junto a mí.
No hay bella melodía,
En que no surjas tú
Ni yo quiero escucharla
Si no la escuchas tú.
Es que te has convertido
En parte de mi alma.
Ya nada me consuela
Sino estás tú también.
Mas allá de tus labios
Del sol y las estrellas
Contigo a la distancia
Amada mía estoy.
17 – Tú mi delirio (César Portillo de la Luz)
Si pudiera expresarte como es de inmenso,
en el fondo de mi corazón mi amor por ti.
Es amor delirante que abraza mi alma,
es pasión que atormenta mi corazón.
Siempre tú estas conmigo en mi tristeza,
estás en mi alegría y en mi sufrir,
porque en ti se encierra toda mi vida
si no estoy contigo, mi bien no soy feliz.
Es mi amor, delirio de estar contigo
y yo soy dichoso porque me quieres, también.