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Filin 5
Discografía

Filin 5

1991

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TEMAS DEL DISCO

1 – Llorando por dentro (Arturo Castro)

Qué debo hacer
para que tú sepas que yo aún
te sigo amando.

Qué puedo hacer
para que tú sepas
que jamás yo te he olvidado.

Si ya no puedo tenerte,
si ya no puedo besarte,
si sé que hasta tus lindos ojos
desamorosamente y con frialdad me ven.

Debes saber
que no volveré a amar jamás
como a ti te he amado.

Debes saber
que el final de nuestro amor
es fin de un sueño dorado.

Qué debo hacer vida mía,
no hay solución, no la encuentro,
sólo me queda el consuelo
de llorar por dentro.

2 – Nunca (Ricardo López Méndez – Gutty Cárdenas)

Yo sé que inútilmente te venero,
que inútilmente el corazón te evoca,
pero a pesar de todo yo te quiero,
pero a pesar de todo yo te adoro,
aunque nunca besar pueda tu boca
aunque nunca besar pueda tu boca.

Yo sé que nunca besaré tu boca,
tu boca de púrpura encendida,
yo sé que nunca llegaré a la loca
y apasionada fuente de tu vida.

3 – Demasiado tarde (Roberto Cantoral)

Estamos nuevamente frente a frente
después de tanto tiempo;
mi vida se marchita inútilmente,
necesita tu aliento.

Ni las nieves del tiempo han podido
arrancar nuestro amor;
hoy que estamos los dos acabando
no hay que guardar rencor.

No supe que decir en ese instante
porque sentí tristeza,
había rodado tan intensamente,
pero tenía nobleza.

Esa noche fue larga, interminable,
habían sufrido tanto nuestras almas,
que los dos comprendimos que era tarde
el querer remediar aquel agravio.

Y con una mirada de amargura
te dije con el alma hecha pedazos:
lo poco que nos queda de ternura
que lo reciba Dios entre sus brazos.

4 – Silenciosa (Mario Ruiz Armengol)

Tú que llegaste silenciosa
cuando me hallaba sin ilusión,
tú que alegraste con tu risa
mi marchito corazón.

Tú que también tienes heridas
que algunas veces suelen sangrar,
hoy has unido nuestras vidas
para la felicidad.

Mucho tiempo soñé
con mi alma alcanzar
un alma igual
y soñando esperé
y toda mi fe
te vio llegar.

Hoy me has llenado con tus besos
toda mi vida y mi ansiedad,
yo te bendigo y toda mi alma
llorará de felicidad.

5 – Yo sin ti (Arturo Castro)

Cada vez que estoy a solas
triste estoy y me doy cuenta
que sin ti no hay ilusión ni amor;
veo el mar de inmensas olas,
de un sin fin lleno de estrellas
que sin ti pierden su intensidad.

Faltas tú a cada instante,
con la luz del sol brillante
yo sin ti no volveré a sonreír
como antes.

Por favor, ven que te extraño,
ven a mí, toma mis manos,
no me dejes, no,
morir de amor.

6 – El ciego (Armando Manzanero)

No has visto como pierde su alegría
una fuente ya vacía porque el agua les faltó,
es la cosa más triste de este mundo
y así me siento yo por ti, sólo por ti.

No escuches el lamento de las aves
cuando ven con amargura que su nido se perdió
es la cosa más triste de este mundo
y así me siento yo por ti, sólo por ti.

No mires cuando un ciego se enamora,
cuando quiere ver la aurora como se pone a llorar,
y sufre la luna cuando brilla y no hay dos enamorados
que la quieran contemplar.

No mires cuando el sol se está poniendo
pues el día está muriendo y la noche le llegó,
es la cose más triste de este mundo
y así me siento yo por ti, sólo por ti.

7 – Esta tarde vi llover (Armando Manzanero)

Esta tarde vi llover
vi gente correr y no estabas tú.
La otra noche vi brillar
un lucero azul y no estabas tú.

La otra tarde
vi que un ave enamorada
daba besos a su amor, ilusionada,
y no estabas.

Esta tarde vi llover
vi gente correr y no estabas tú.
El otoño vi llegar,
al mar oí cantar y no estabas tú.

Yo no sé cuánto me quieres,
si me extrañas o me engañas,
sólo sé que vi llover,
vi gente correr y no estabas tú.

8 – Perfidia (Alberto Domínguez)

Nadie comprende lo que sufro yo,
canto pues ya no puedo sollozar,
solo, temblando de ansiedad estoy,
todos me miran y se van.

Mujer, si puedes tu con Dios hablar
pregúntale si yo alguna vez te he dejado de adorar.
Y al mar, espejo de mi corazón,
las veces que me ha visto llorar
la perfidia de tu amor.

Te he buscado donde quiera que yo voy
y no te puedo hallar;
para que quiero tus besos si tus labios
no me quieren ya besar.

Y tú,
quién sabe por donde andarás,
quién sabe que aventuras tendrás,
qué lejos estás de mí.

9 – El día (Luis Demetrio)

El día que deje de salir el sol
y la luna deje de alumbrar
y las estrellas dejen de brillar
ese día te dejaré de amar.

Cuando las flores pierdan su color
y no exista la palabra amor
y todo el mar se llegue a congelar
ese día te dejaré de amar.

El día que el eco no quiera repetirme
a gritos que te adoro
te dejaré de amar;
el día que el pájaro no cante en primavera
y la esperanza muera
te dejare de amar.

10 – Alma mía (María Greever)

Alma mía sola, siempre sola,
sin que nadie comprenda tu sufrimiento,
tu horrible padecer;
fingiendo una existencia siempre llena
de dicha y de placer,
de dicha y de placer…

Si yo encontrara un alma como la mía,
cuantas cosas secretas le contaría,
un alma que al mirarme sin decir nada
me lo dijese todo con su mirada.

Un alma que embriagase con suave aliento,
que al besarme sintiera lo que yo siento,
y a veces me pregunto que pasaría
si yo encontrara un alma como la mía.

11 – Mi último fracaso (Alfredo Gil)

Es mi destino vivir así,
triste agonía vivir sin ti.
Me siento perdido en este mundo
y mi último fracaso será tu amor.

Sé que tú no quieres
ya jamás volver a estar cerca de mí,
que no te importa mi manera de vivir
ni te interesas más por mí.

Sé que aunque yo muera
tú jamás podrás saber lo que sentí
en mi agonía de vivir lejos de ti,
llorando estoy.

Tú serás mi último fracaso;
no podré querer a nadie más.

Ya te perdoné porque lograste
hacer feliz mi corazón,
y aunque no vuelvas a brindarle tu calor,
tuyo es mi amor.

12 – De un mundo raro (José Alfredo Jiménez)

Cuando te hablen de amor y de ilusiones,
y te ofrezcan un sol y un cielo entero,
si te acuerdas de mí no me menciones
porque vas a sentir amor del bueno.

Y si quieren saber de tu pasado
es preciso decir una mentira,
di que vienes de allá, de un mundo raro;
que no sabes llorar,
que no entiendes de amor
y que nunca has amado.

Porque yo a donde voy
hablaré de tu amor
como un sueño dorado;
y olvidando el rencor,
no diré que tu adiós
me volvió desgraciado.

Y si quieren saber de mi pasado
es preciso decir otra mentira,
les diré que llegué de un mundo raro,
que no sé del dolor,
que triunfé en el amor
y que nunca he llorado.